Como una fugaz estrella,
como si el encanto de tu mirada hubiese dejado de hacer efecto.
Como una bacteria; me he transformado, resistente e
inmune al antibiótico que me inyectaba el campo de tu alma.
Se ha esfumado la sensación de sustancia drogadicta, hecha
a base de emociones que se paralizaban en ese
momento de felicidad abstracta.
Se extinguió el no se que de tu cuerpo que me volvía loco
antes de irme a dormir.
Tus palabras y acciones perdieron el liquido mágico
que me gustaba beber.
Ya no, ya no muero de desgana cuando me dan ganas de verte,
el combustible incesante para ir a tus labios se ha agotado,
se apagó la chispa y mis sentimientos se han ido
en busca de algo nuevo que no lastime, no haga daño,
que sea inocente y no tóxico, como el veneno camuflado que
guardas en los poros bajo el sudor de tu piel.
Jc Gómez.